Este importante evento académico, que tiene necesariamente un profundo contenido político, en el que se abordan capitales asuntos como el libre pensamiento, la libertad de cátedra y el libre ejercicio de la oposición política en Colombia, nos debe llenar de alegría y de paso generar en todos el sentido de compromiso para seguir en la senda de la lucha organizada y así lograr que se conviertan al lado de otros asuntos vitales como la reforma agraria integral, la elevación sustancial de la calidad de vida y una auténtica democracia, en los insumos que han de garantizar que se pueda hablar en nuestro País, objetivamente, de una paz estable y duradera con justicia social.
El reto del pueblo colombiano de ganar la tan anhelada paz, esa que ha de garantizar que se produzca la reconciliación entre los colombianos, es aún más gigantesco cuando asistimos a hechos tan graves como los que se vienen registrando a lo ancho y largo de la geografía colombiana.
Mientras se presentan exigencias para que se firmen prontamente Acuerdos de Paz y se llama al pueblo y a sus organizaciones para que presione tales decisiones, brillan por su ausencia las garantías gubernamentales para el ejercicio de la oposición política y asistimos a criminales campañas de eliminación física de luchadores populares, defensores de derechos humanos y líderes de la oposición política progresista y revolucionaria.
Soterradamente algunas veces y las más de forma directa, se orquestan, financian, publicitan y ejecutan campañas de desinformación frente a los diálogos con la insurgencia y en general en contra de la solución política al largo conflicto que en todos los frentes se ha venido desarrollando en Colombia.
Los organismos de inteligencia estatales, tan bien entrenados y con tecnología de punta disponible, en el caso de las amenazas contra estudiantes y docentes de la Universidad Tecnológica de Pereira, para mencionar uno solo de los reiterados casos que se presentan en Colombia, no dan el menor resultado y las personas responsables tanto ejecutores como instigadores, siguen pavoneándose tranquilos disfrutando de algunos dividendos de corto plazo como son: amedrentamiento e inmovilidad del Movimiento Estudiantil.
Es simple, si se trata de un constreñimiento sea éste real o ficto contra un integrante de la élite gobernante, se actúa con celeridad y eficacia. Se ordenan capturas y se dictan fallos de condena. Si la víctima es un trabajador, un líder popular, un defensor de los derechos humanos o un intelectual progresista, sencillamente no pasa nada. Son muy complejos los asuntos, se requiere de más tiempo para investigar, no hay recursos, entre otras disculpas. Es un sistema investigativo clasista, que cumple unos fines concretos, que obedece a intereses concretos. Se sabe que en materia de lucha de clases cada una hará uso de sus herramientas y a fe que así sucede en Colombia.
Hay muchas oportunidades en las que resulta más eficaz y menos comprometedor, echar mano de la amenaza, el rumor, la desinformación, la prebenda o el chantaje; que incluso acudir al atentado personal. Lo primero puede tener un menor costo político que lo segundo pero suele rendir mejores resultados para los fines de mediano y largo plazo, como contener procesos de contenido revolucionario.
Las garantías electorales por ejemplo, que tanto se promocionan en el actual modelo burgués, son absolutamente acomodaticias y favorecen al final a quienes detentan el poder político, controlan el andamiaje burocrático o ejecutan el grueso de la contratación pública. Los movimientos y partidos políticos que reivindican genuinamente el interés del pueblo, han comprobado hasta la saciedad que no hay espacios electorales que merezcan un calificativo decente.
Finalmente, hablando por ejemplo de libertad de cátedra, una autentica conquista de la inteligencia, la cultura y el pensamiento, se acepta y tolera solo en la medida que: 1.- No cuestiona lo establecido. 2.- Se desmarca de compromisos de clase. 3.- Ayuda a sostener el establecimiento.
Nuestra aspiración es que éste FORO, contribuya a ganar claridad sobre el complejo momento político que vivimos y de paso cerrar filas en torno a la búsqueda infatigable de la unidad del pueblo para ganar la paz con justicia social, para imponerle a la clase gobernante, una salida política democrática al largo conflicto social, político y armado que se viene produciendo en Colombia.
¡Muchas gracias a todos los participantes!
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