La Fundación Juan David Pineda Cardona se pronuncia ante los graves y lamentables sucesos acontecidos en los últimos días en el municipio de San José del Palmar, Chocó; allí específicamente en el corregimiento la Italia fueron asesinados Wilson Arnulfo Quetama Hurtado, miembro de la Asociación de Víctimas para la reparación colectiva en San José del Palmar. Igualmente acompañó de manera activa la socialización del Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos -PNIS- según lo acordado en el punto 4 “Sustitución de Cultivos Ilícitos” del Acuerdo Final de Paz.
En la foto Wilson Quetama participando en la socialización del Programa de Sustitución PNIS (Tomada por Fundación JDPC)
Asimismo, fue asesinado el líder Claudio Chávez, presidente de la Asociación Campesina del corregimiento La Italia, el cual participó de manera activa en la conformación de la Asociación Campesina de San José del Palmar, promovida igualmente por la comunidad campesina y con el acompañamiento de la Fundación Juan David Pineda. Al tiempo, participó del proyecto “Formación y Gestión de Capacidades Técnicas, Organizativas y Jurídicas de las Comunidades Rurales del Municipio de San José del Palmar (Chocó), desde una Perspectiva Diferencial e Intercultural con Enfoque Territorial” desarrollado en convenio entre la Fundación y la Alcaldía del municipio.
En la foto Claudio Chávez, participando en reunión de la Asociación Campesina de San José del Palmar (Tomada por Fundación JDPC)
Sin mayor información más que la que ha venido circulando a través de la prensa[1], condenamos estas acciones que lo único que generan es la continuación del derramamiento de sangre de los líderes sociales y de la comunidad en general. Solo en el caso de los líderes según la defensoría del pueblo del Chocó en lo corrido del año, se ha arrebatado la vida de cinco (5) de sus líderes, teniendo igualmente conocimiento por parte de la comunidad del Palmar, de otros crímenes perpetrados en el año 2017.
No podemos callar ante estos hechos que lo único que generan es el miedo generalizado de la comunidad, la naturalización de estos crímenes y el abandono del trabajo en los procesos organizativos. No existen razones justificables desde ningún punto de vista para los asesinatos cometidos, máxime que se ataquen a las personas más comprometidas con las problemáticas de los campesinos y las víctimas del municipio, compañeros que han aportado a lo largo de los años en la organización social de las comunidades flageladas por el conflicto político, social y armado.
Somos conocedores de primera mano de las adversidades que han tenido que afrontar las comunidades de San José del Palmar. Adversidades que se manifiestan en el histórico problema de la tierra y en las difíciles condiciones del campesinado, condiciones que los ha llevado al ejercicio obligado de la siembra de coca, actividad que pese a los establecido en el punto 4 del Acuerdo de Paz, no ha tenido garantías reales para un sustitución voluntaria y por el contrario ha representado una persecución sistemática hacia la población campesina. Situaciones adversas que se profundizan con el asesinado de líderes sociales como Don Claudio y Quetama personas que entregaron toda una vida de lucha para que sus comunidades tuvieran posibilidades de soñar con una vida digna libre de miedo y con mejores condiciones de existencia.
La situación en San José del Palmar es un pequeño reflejo de la situación general del país, donde el campesinado marginado sigue siendo la mayor víctima de los conflictos sociales, sigue estando en medio de la confrontación armada y de los intereses que se ciernen sobre los territorios, como es en este caso específico, el control de la producción de la hoja de coca y su círculo vicioso en la cadena del narcotráfico.
Foto del corregimiento de la Italia (Tomada por Fundación JDPC)
Nos oponemos con indignación ante las ligeras declaraciones en los medios de comunicación, por parte del General Mauricio Moreno, comandante de la fuerza de tarea conjunta Titán, quien desestimó que sean comunes estos crímenes y lo calificó como un hecho aislado, así como ya se ha venido afirmando en otros casos denominados cínicamente como “líos de faldas” por parte de las instituciones encargadas de garantizar justicia ante estos asesinatos.
El llamado es a investigar a profundidad y a tomar medidas frente a la situación de violencia en el municipio, invitamos a las autoridades gubernamentales a acompañar a las comunidades en sus denuncias y a buscar los mecanismos de protección para las mismas, exigimos al tiempo un sistema de protección colectivo a las comunidades en riesgo en sus territorios, exhortamos a las organizaciones defensoras de Derechos Humanos a que acompañen las denuncias a nivel nacional e internacional. Condenamos a los responsables de estos hechos exigiendo cesen con los asesinatos y aclaren lo sucedido con los dos compañeros.
Consternados, recordamos especialmente a Don Claudio como un compañero comprometido en los procesos organizativos y con interés de ayudar a la comunidad de su vereda, siempre puntual, activo y proponiendo soluciones en los espacios de reunión y construcción colectiva. Finalmente, como Fundación seguiremos comprometidos con la comunidad Palmareña, estaremos atentos al desarrollo de las investigaciones y extendemos nuestro acompañamiento en lo referente a estos hechos, de igual forma nos solidarizamos de manera profunda con las familias y los compañeros de estos valiosos líderes campesinos.
¡SER LIDER NO ES UN DELITO! ¡QUE LA PAZ NO NOS CUESTE LA VIDA!