Para las personas que como
nosotros, se encuentran privadas de la libertad, en las precarias condiciones
que brindan las cárceles y penitenciarias de Colombia y más concretamente ésta
conocida como “LA 40” de Pereira, llegar a la decisión extrema de entrar en
huelga de hambre, es quizá estar en una situación de desesperación que puede
desencadenar en situaciones inimaginables.
El día de hoy, desde las 06:00
horas hemos entrado en HUELGA DE HAMBRE con unos propósitos concretos porque
consideramos que solo por medio de la protesta organizada y pacifica es cómo
podemos defender nuestros precarios derechos.
Aunque son innumerables los
problemas que vivimos, esos que no son exclusivos de este centro de reclusión,
sino que por el contrario, son el común denominador en las penitenciarías y
cárceles de Colombia, nos animamos a señalar algunas situaciones de coyuntura,
a saber:
1. Este lugar donde estamos
privados de la libertad tiene el nombre de EPMSC de Pereira, lo que significa
que es una penitenciaria de mediana seguridad y además cárcel. Este nombre hace
que en la letra y en la realidad sea muy diferente de aquellos lugares llamados
de “ALTA SEGURIDAD”, sin embargo, por parte de los cuadros directivos y el
capitán JULIO ENRIQUE PARDO FANDIÑO se vienen aplicando medidas abusivas,
claramente violatorias de los Derechos Humanos, propias de otros
establecimientos que en nada contribuyen a la necesaria convivencia que tanto
se ha procurado construir y en cambio
generan zozobra e inseguridad; hechos estos que hacen más precaria la calidad
de vida en éste sitio.
Mientras se pretende aplicar
medidas que no se corresponden con nuestra realidad concreta, frente a nuestros
derechos y especialmente frente al acatamiento de la Constitución y la Ley,
nada se dice. Vemos parte de una importante norma legal: “Artículo 5° de la Ley
65 de 1993, modificado por el artículo 4° de la Ley 1709 de 2014.
Artículo 5°. Respeto a la
dignidad humana. En los establecimientos de reclusión prevalecerá el
respeto a la dignidad humana, a las garantías constitucionales y a los Derechos
Humanos universalmente reconocidos. Se prohíbe toda forma de violencia síquica,
física o moral.
Las restricciones impuestas a las personas privadas de la libertad
estarán limitadas a un estricto criterio de necesidad y deben ser
propor¬cionales a los objetivos legítimos para los que se han impuesto. (El
resaltado es nuestro)
Lo carencia de recursos no podrá justificar que las condiciones de
reclusión vulneren los derechos fundamentales de las personas privadas de la
libertad. (El resaltado es nuestro).
2. La manera de realizar las
distintas actividades de control por parte de la guardia, es a todas luces
violatoria de los derechos e indignante. Más concretamente nos referimos a las
“rascadas” o requisas generales. En estas se presentan daños en las cosas de
los internos, son tiradas al piso de forma indiscriminada, son rotas las
amarras de las hamacas que ya se han hecho tan populares y necesarias por falta
de espacio para dormir, en fin, frente a los fines de las requisas, hay que
decir que se presentan solo perjuicios que deben soportar las más vulnerables,
aquellos que no tienen siquiera una celda decente para vivir.
3. Es un hecho cierto que cuando
termina la “rascada”, son innumerables los conflictos entre los internos porque
todas las cosas quedan tiradas y dañadas y en la labor de ubicar sus enseres se
suceden constantemente reclamos airados y hasta riñas entre los internos. La
tranquilidad habitual es alterada por un procedimiento que se realiza con total
desconocimiento de los Derechos de los internos.
4. La regulación de la entrada de
comida, los días de visita es igualmente exagerada e innecesaria. Ahora se
tiene que en el corto plazo, por advertencia hecha por el señor capitán PARDO
FANDIÑO, solo podrá recibir un interno, una vasija con comida, a pesar de que
se cuenta con el derecho de tener dos visitantes. Aquí el punto es, según la
guardia, que entre la comida “pasan cosas ilícitas”, que tanta comida le hace
daño a los internos, que se la comen tarde cuando ya está descompuesta, que la
comida de la cárcel es muy buena y que no se necesita traer nada de la calle,
en fin, son variadas las “razones” que presentan. Sin embargo, desde nuestro
punto de vista, la comida de la calle es de calidad, no se pierde porque hay
muchos que no tienen visita y se comparte con ellos y en cuanto a las cosas
ilegales que supuestamente entran, justamente para eso el INPEC está dotado de
personal y medios para evitar que estas irregularidades sucedan y sancionar a
quienes así actúen. La falta de personal o de otros medios de control no se
puede descargar en el derecho que tiene un familiar de traer comida el día en
que viene de visita. Debe notarse que un alto porcentaje de personas no reciben
visita y esto sirve para argumentar que no es cierto que la entrada de comida
como ha sido habitual se convierta en un problema de seguridad que no se pueda
resolver con un adecuado pero respetuoso control de lo que ingresa a éste
lugar.
5. Por otra parte está la
advertencia de que habrá visitas alternadas por patios cada 15 días. Es la
misma situación que la detectada frente a los alimentos. La visita que entra
normalmente no genera problemas de seguridad, empieza a salir a las 14:00 y el
último sale en promedio a las 16:30. En que se basa entonces la “idea” de
restringir también la entrada de visitantes?
Estadísticamente cuantos problemas generan los visitantes? Cuantas
incautaciones hay por visita?
6. El tema de la seguridad
preocupa en grado sumo a las autoridades carcelarias y justamente para
garantizarla están instituidas, sin embargo, es inaceptable que las fallas en
las tareas de custodia que en casos excepcionales han dado como resultado la
fuga de un interno, se puedan trasladar generalmente a una población que no es
responsable por tales situaciones. A nadie le puede caber en su cabeza que
ahora se esté hablando de “remisiones internas”, es decir, que según la idea el
traslado de internos de cada uno de los patios al taller o a educativas, se
hará en lo sucesivo con el empleo de “esposas”. Y que el traslado a las
distintas diligencias por fuera del establecimiento carcelario se hará usando
“grilletes” en las manos y los pies.
7. Acerca de la necesaria paz
interna que se debe procurar entre la población carcelaria y las autoridades.
Es de todo conocido que los índices de violencia son muy bajos y que en
términos generales la convivencia se viene garantizando. No hay un solo caso de
falta de respeto y desacato frente a los comandos de vigilancia. Son muchos los
meses en que no se han presentado problemas de violencia. Sin embargo, con
mucha extrañeza y preocupación fueron testigos directos algunos internos de la forma poco indicada por decir lo menos
como el señor capitán PARDO FANDIÑO manifestó frente a los integrantes del
Comité de los Derechos Humanos y otros funcionarios, simplemente “vengo a
notificar las medidas que serán tomadas”, cortando de tajo la comunicación y
negando que se pueda examinar la situación en concreto que seguramente difiere
mucho de lo que pasa incluso en otros lugares de iguales características de “LA
40” y que decir de las Penitenciarias de Alta Seguridad. Sea esta la
oportunidad para rechazar contundentemente la actitud del capitán PARDO FANDIÑO
que solo contribuye a que se fracturen los canales de comunicación, tan
necesarias en los tiempos que corren, máxime cuando se habla de encontrar
salidas negociadas a conflictos tan graves como el mismo conflicto armado
interno que sucede en Colombia.
8. De esta situación también son
responsables directos o indirectos los cuadros directivos de la Cárcel “LA 40”,
cuando respaldan esta serie de medidas abusivas e innecesarias mientras nada o
muy poco hacen para que se garanticen los derechos de todos los internos y lo
que es más grave, que se cumplan al menos los acuerdos logrados en la pasada
huelga de hambre donde se pactaron temas importantes y ahora están echados al
olvido. Reclamamos que se retome la discusión partiendo de lo acordado en la
pasada oportunidad de protesta pacífica, cuando frente a los entes de control
se adquirieron importantes compromisos.
9. Reclamamos la presencia
urgente y efectiva de los organismos estatales a saber: Defensoría del Pueblo,
Personería de Pereira, Procuraduría, Contraloría y como es apenas lógico, de
los señores Jueces de Ejecución de Penas, quienes por mandato legal deben velar
por la forma como se cumple la sanción penal y dentro de esta la forma como se
garantizan los derechos humanos o se impide que dicha irregularidad suceda.
Algunas peticiones básicas
1. Que en la misma medida que se
aplican abusivas y unilaterales medidas que en nada mejoran la situación
general de la Cárcel “LA 40” de Pereira, se proceda a tomar otras que por Ley
ya deberían estar funcionando cabalmente.
a) Se trata de garantizar a cada
interno un lugar decente donde dormir. En las celdas que son para ubicar a 4
internos hay en la actualidad 8 y hasta 9 internos. Gran parte de los internos
duermen en los pasillos y en hamacas improvisadas y nada se hace para acabar
con esta irregularidad.
b) El servicio de salud que
ofrece CAPRECOM es de mala calidad, se exige una profunda modificación del
modelo que ofrece esta EPS. No es aceptable que sea necesario una grave
urgencia para que se tomen pequeños paliativos. Que se hace para garantizar la
atención especializada a decenas de internos que lo requieren? No es vergonzoso
que ni fallos de Tutela sean atendidos por esta EPS?
c) En general la oficina jurídica
de la cárcel “LA 40” de Pereira, no cumple con la obligación legal de tramitar
ágil y eficientemente las distintas gestiones que se requieren para que los
internos tengan derecho a los beneficios Administrativos y otros como cambios
de fase y situación jurídica. Esta dependencia retrasa y niega en gran medida
derechos de gran valor para los internos, en la medida que pueden incidir en el
otorgamiento de la libertad o de subrogados penales.
d) Que las visitas, en cuanto a
número y frecuencia sigan como ha sido habitual.
e) Que no haya restricción en
cuanto a la comida que ingresa, más allá de las básicas que se toman a diario y
no generan traumatismo.
f) Que el traslado de los
internos dentro del establecimiento carcelario se produzca como de costumbre,
sin que esto quiera decir que no se deban hacer los controles de rutina.
g) Que las remisiones dentro de
la ciudad se haga con el esquema de seguridad habitual, por considerar por
ejemplo que el uso de grilletes en manos y pies es francamente exagerado e
innecesario.
h) Que las requisas generales o
“rascadas” se hagan sin causar el traumatismo que habitualmente generan. Que
las cosas sean revisadas en presencia de cada interno, que no se tiren
indiscriminadamente las cosas y mucho más importante que no se dañen las cosas
de forma abusiva.
i) Que se cumpla todo lo acordado
en la pasada huelga de hambre
j) Que prime el interés de la
persona humana por encima de criterios absolutos de seguridad que finalmente
terminan justificando los más grandes abusos.
Atte:
Internos de la Cárcel “LA 40” de Pereira
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